Científicos han desarrollado nuevas técnicas para monitorear con mayor precisión los movimientos tectónicos en las placas continentales. Estos avances tecnológicos permiten una detección más temprana de la actividad sísmica y la deformación del terreno, lo que puede ayudar en la predicción de terremotos y en la evaluación del riesgo sísmico en áreas vulnerables. Esta investigación contribuye al entendimiento de la geodinámica de la Tierra y a la mejora de la preparación para eventos geológicos importantes.